top of page

“VISITA A UNA PRINCESA”

NEVADO SANTA ISABEL

Dicen que todo debe ser un equilibrio pero no, yo estoy totalmente seguro que la clave está en que pesen más tus sueños, en saber que las mejores cosas no se han dado esperando el momento perfecto, ese momento perfecto que no se logra por lo que se consigue sino por ese alivio inmenso de saber que intentaste hacer lo que te hace palpitar el corazón.

Solo tú decides si lo haces real o lo sueñas toda la vida, se trata del "ahora o nunca", del intento de fallar aunque sea mil veces porque aunque te equivoques, estar en el camino que deseas siempre valdrá la pena.

Y de esta manera mi siguiente aventura seria sentir mi corazón palpitar a 5.000 msnm, quería realizar mi primer acenso a una cumbre nevada, pase mucho tiempo investigando en Internet y consultando con amigos como podría hacer realidad este sueño y cada vez que encontraba información o alguien me contaba de lo espectacular que era esta experiencia mi motivación por realizarlo aumentaba.

En mi primer intento después de tener la fecha del viaje fijada, mi estado de salud se complicó y decidí cancelar el acenso, algo parecía decirme que no lo realizara como si el mundo conspirara en contra del viaje o tal vez mi cuerpo me estaba enviando un mensaje “que lo ejercitara” en lo profundo de mi consiente sabia que no era fácil y la cumbre me exigiría fuerza física y mental.

Y luego de cordinar muy bien el viaje tuve la oportunidad de vivir una experiencia que me llenó el corazón de mucha felicidad, conocí El Nevado Santa Isabel, ubicado en la Cordillera Central de Colombia. Este hace parte del Parque Nacional Natural de los Nevados, que a su vez está conformado por otros dos glaciares: El Nevado del Ruíz y el Nevado del Tolima. El Nevado Santa Isabel es el de menor altura, aun así recorrerlo es igual de gratificante que las otras montañas volcánicas.

 

El Nevado Santa Isabel posee tres cumbres (norte, centro y sur), la más alta está en el pico sur y llega a los 5100 msnm. Este determina la frontera entre los departamentos de Caldas, Risaralda y Tolima. Se puede acceder a él por medio de los municipios de Villamaría (Caldas), Santa Rosa de Cabal y Pereira (Risaralda).

 

Para preparar mi viaje empecé leyendo sobre el lugar y las anécdotas de otras personas. Así decidí que llegaría a Manizales. Luego, busque una agencia que tuviera buenas opciniones y reseñas de sus usuarios y final-mente elegi 90° Grados, con quien separe mi cupo. La idea era la de realizar un ascenso de varios días para tener la oportunidad de llegar a la cumbre.

 

Mi aventura comenzó un sábado a las 6 de la mañana, aliste mi mochila, llegue a la terminal de trasporte de Pereira para abordar un bus hasta la ciudad de Manizales y empecé mi recorrido. La ruta de ida fue: Pereira – Manizales – Villamaria. Aunque en la terminal de transporte de Manizales tuve que esperar unos 45 minutos a que llegaran las personas con las que realizaría la cumbre, lo que me dio un poco de estrés, puedo afirmar que fue una experiencia de la que aprendí, me brindó muchas risas y paisajes bonitos. Empezamos nuestro recorrido por la carretera hacia el hostal, la cual no está pavimentada. Aproximadamente una hora y media subiendo por la carretera hasta que llegamos al Hostal La Laguna, donde tomamos la cena. Llegamos a descansar porque teníamos que madrugar demasiado al día siguiente.

 

El día domingo, a las 3:50 a.m ya estaba el conductor esperándome, Egor, un hombre muy amable y alegre que me atendió de una forma excelente. Me acompañaban Bibiana y Don Luis, dos personas que también tenían el sueño de realizar el ascenso.

 

Alrededor de las 6 a.m llegamos a la entrada del Parque Nacional Natural de los Nevados, allí el guía se encargó de pagar el ingreso de nuestro grupo mientras nosotros nos adelantábamos para empezar a subir. A conocer el nevado.

 

Afortunadamente el clima de esa mañana fue espectacular, un cielo despejado, un sol radiante, un viento que despeinaba a cualquiera y todos con la mejor energía. Egor ya nos había dado algunos tips para subir y lograr la meta, así que cada uno empezó a caminar a su ritmo, hidratándose con constancia y descansando las veces que fuera necesario. Nuestro amigo Luis, que tenía 58 años, con la energía de un adolescente nos sorprendía, veía lejos las colinas que nos faltaban por ascender.

 

Después de una hora de camino la altura ya se empezaba a sentir, y por lo tanto dábamos menos pasos y hacíamos más paradas. Sin embargo, esos momentos para tomar aire también se aprovechaban para observar la inmensidad del parque con sus frailejones erguidos frente al viento y las otras plantas de diferentes colores. Mirar hacia atrás era increíble porque se podían apreciar las majestuosas montañas que por momentos eran tapadas por la neblina e incluso alcanzamos a divisar el Nevado del Ruíz.

  

Habíamos caminado dos horas pero aún no llegábamos, sin embargo la meta estaba cerca. Pasamos por una formación de piedras en las que se veían las marcas hechas por geólogos, las cuales indican hasta donde alcanzaba a llegar la nieve en años anteriores. Fue triste descubrir como el glaciar ha ido desapareciendo con los años, y aún más triste saber que no hay forma de revertir el daño, sino que por el contrario cada vez se descongela más.

Empecé a ver pequeñas lagunas y algunos chorros que por encima tenían una capa de hielo y por dentro se alcanzaba a ver como corría el agua, a un lado de la montaña había una cascada ¡y a pocos metros el glaciar!

Muy felices de estar ya en el inicio del trayecto que debíamos recorrer por el hielo y la nieve comenzamos a tomarnos fotos, tocando el hielo y disfrutando por haber cumplido la primer parte de la misión.

Egor nos indica que debemos empezar a equiparnos para realizar el ascenso, grapones, arnés, casco, cuerda, etc.

Ya listos todos damos nuestro primer paso sobre el hielo, es una sensación extraña caminar sobre el hielo y requiere de mucha más energía, los pasos deben ser precisos y fuertes para lograr perforar el hielo y mantenerse de pie. El frio, el aire y la complejidad del recorrido es una clase de prueba mental y física, hubo momentos en los que mi cuerpo no respondía a mis deseos mentales de seguir avanzando. Cuando íbamos a mitad de la cum-bre sucedió algo muy sorprendente que nunca antes había experimentado sentía que no sería capaz de terminar el recorrido, fue una especie fragili-dad mental, en mi mente divagaban ideas como no seguir y regresarme, pero otra parte de mi ser me impulsaba a seguir y vencer el gran reto que tenía frente, la montaña me estaba dando una lección.

 La cumbre se veía a unos 50 metros no estábamos muy lejos de lograr llegar, estaba congelado no sentía los dedos de mis pies, ni mi nariz y el aire cada vez soplaba más fuerte imponiendo su poderío, además el oxígeno era escaso pues sentía dificulta para respirar, avanzaba 8 o 10 pasos y paraba para oxigenar y mantener mi sistema funcionando.

Al lograr subir a la cumbre la sensación que se siente es muy satisfactoria, es una mezcla de sensaciones y sentimientos increíbles, hicimos nuestra debida sesión de fotos, el grupo se reunió nuevamente para comentar la experiencia de cada uno, disfrutamos mucho de todo lo que podíamos ver alrededor y aprovechamos para hidratarnos, comer  y descansar. Cabe aclarar que los primeros 10 minutos yo sentía demasiado frío, pero luego pude adaptarme mejor a las corrientes de aire. Es un lugar que por obvias razones no podemos visitar con constancia, así que estar allí se vuelve un privilegio.

Supuse que el descenso iba a ser más sencillo, pero particularmente me pareció que el nivel de exigencia fue igual que la subida y esto se debe a que las formaciones de hielo son muy empinadas y el suelo es muy congelado y resbaloso, por ello se debe tener mucho cuidado y todos los sentidos puestos, tanto así que tardamos dos horas bajando.

 

En total fueron cinco horas y media caminando, al llegar de nuevo al parqueadero me sentía muy cansado. Egor nos recibió con un jugo y unas galletas mientras esperábamos que el grupo estuviera completo de nuevo para volver al Hostal La laguna donde almorzaríamos. La bajada en el carro fue un poco incomoda pues queríamos dormir y relajarnos un poco, pero en el camino hay muchas curvas y está lleno de piedras grandes y huecos. El almuerzo fue alrededor de las 4 p.m y cerca de las 7 p.m estábamos de nuevo en Manizales, muy contentos con la experiencia pero con muchas ganas de un baño y una siesta.

Información de interés:

 

Aunque la entrada al parque la puedes hacer por tu propia cuenta es importante que tengas presente que para estar en el Parque hay unas normas y el no cumplirlas conlleva sanciones. Por otro lado, la carretera para llegar al lugar no está en optimas condiciones, por lo tanto si vas a subir en tu propio vehículo éste debe tener las características necesarias para andar en zonas sin pavimentar.

Si quieres vivir la experiencia en un tour, es más económico que contactes directamente a la agencia, pues al hacerlo por intermediarios (como los hoteles) el precio sube un poco.

Recomendaciones para ascender el Nevado Santa Isabel:

 

•          Si haces el tour con agencia es mejor separar un turno con anticipación, especialmente en temporada de vacaciones.

•          Es recomendable haber dormido bien la noche anterior al ascenso.

•          La ropa que uses es muy importante pues debe ser abrigada y al mismo tiempo cómoda para que te permita caminar por medio de la montaña: chaqueta impermeable, zapatos con buen agarre, gafas, guantes y gorro. Todo es indispensable.

•          El protector solar no puede faltar porque aunque no te des cuenta el sol te está quemando, por ejemplo mi cuello alcanzó a recibir mucho sol y en esa parte no me apliqué protector, los siguientes días tuve un poco de ardor.

•          Igualmente es necesario proteger los labios del sol y del viento que es muy frío

•          El líquido es indispensable, preferiblemente que sea agua. La sugerencia es tomar sorbos de agua pequeños pero de forma constante.

•          Llevar algún snack porque el tiempo que transcurre entre el desayuno y el almuerzo es muy largo y el cuerpo requiere energía. Un tip muy importante que nos dieron los guías fue que NO debíamos comer dulces mientras subíamos, sino alimentos de sal como maní o una barra de cereal.

•          Para aclimatarse es mejor irse abrigando de a poco mientras se va ascendiendo. En el carro es mejor subir con las ventanas abiertas y poco abrigo.

 

Egor nos recomendó que camináramos con pasos normales (no muy cor-tos) pero suave, a un ritmo estable que permita al cuerpo adaptarse al clima y a la altura.

¡Recuerda siempre disfrutar tu experiencia!

  • Facebook Social Icon
  • Twitter Social Icon
  • Google+ Social Icon
  • YouTube Social  Icon
  • Instagram Social Icon

© Todos los derechos reservado.. Cristian Cubides

bottom of page