La Ruta del Color
ERES NUESTRO VISITANTE N°
Renacer en San Cipriano
Aire fresco. A veces el rumbo únicamente lo marca una bocanada de aire fresco. Llegando al pacifico Colombiano una Cultura Itinerante, las reflexiones, los aprendizajes y las personas del camino me aprietan el pecho. Llegue de Cali de una intensa jornada cultural y las emociones a flor de piel. San Cipriano me da la bienvenida con la más humilde y placentera bocanada de aire fresco. Simplemente gracias.
San Cipriano es un lugar que incita a desarrollar la creatividad, a pensar en nuevos proyectos, a alejarnos de las tecnologías y dedicarse nada más y nada menos que a uno mismo y a la compañía. Llegue hasta Córdoba y me desplace hasta el pueblo por medio de la famosa “brujita”, el medio de transporte más curioso que he visto nunca. Encima de unas vías, una tabla de madera y una moto encima. Hasta hace unos años la fuerza de transporte era manual, ahora por lo menos cuentan con el motor. Un mismo carril para ir y volver, hace que el viaje sea toda una aventura y más cuando caen las famosas y cotidianas lluvias de San Cipriano.
Nada más al llegar suena la alta salsa en las casas y barecitos, los niños juegan al fútbol y corren en las calles descalzos como si no hubiera mañana. Un clima agradable y agua pura por todas partes. Aquí reinan las cascadas y saltar al agua es la mayor de las diversiones, nadar y dejarse llevar por la corriente es el pan de cada día. Es el lugar perfecto para renacer.
Me conquista y me entrego. Los senderos son apropiados para perderse y encontrarse en los diferentes charcos. Camino hasta llegar al Charco Oscuro y buscar los trampolines espontáneos de la naturaleza creativa, la cascada de los sábalos y el charco la balastrera. Por el sendero del amor encontrarás varios refugios, y ninguno de ellos incita a hacer la guerra.
Una comunidad afro en plena selva tropical, en la que la iluminación nocturna es cosa de las estrellas. Una mesa, música del pacifico y buena conversación a trago de viche y arrechón, fermentos típicos de caña de azúcar. Un verde interminable que se mezcla con los colores tierra, vivos cuando radia el sol, intensos y bravos cuando llueve. Un paisaje que no deja indiferente a nadie y atrapa tanto cuanto quieras. Yo no me resisto.
Colombia de contrastes, conseguiste sorprenderme una vez más.